Exposición del 'arte rebelde' de los 80 y 90

'La cara oculta de la luna': el arte 'rebelde' de los 80 y 90 en Madrid

• Una exposición en CentroCentro recupera el trabajo de la escena artística independiente de la capital entre 1980 y 2003.
• Uno de los platos fuertes de la muestra es la recuperación de diez piezas emblemáticas, que han sido reactivadas para la ocasión por sus propios autores.

Estas obras ofrecen la crónica de lo que hicimos, lo que fuimos, lo que vivimos; de lo que pasó en la cara oculta de la Luna de Madrid

Este mismo verano el Centro de Arte Dos de Mayo CA2M recuperaba en una exposición el espíritu multidisciplinar y transgresor de Espacio P, uno de los espacios culturales más vivos e innovadores del Madrid de los 80. Defendiendo la autogestión como una respuesta alternativa y radical al mercado del arte, en él se dieron cita todo tipo de actividades (fotografía, performance, videocreación o música experimental) y artistas tan diversos como Almodóvar, El Hortelano, Isidoro Varcárcel Medina, Concha Jerez o Esplendor Geométrico.

Una vez finalizada esta muestra el pasado 3 de Octubre, otra exposición en CentroCentro le da continuación. Se trata de La cara oculta de la luna, un recorrido por la escena independiente de las artes visuales en Madrid, que arranca precisamente con Espacio P en 1980 y pone el punto final con el cambio de milenio en el año 2003.

Su comisario, el escritor y artista visual Tomás Ruiz-Rivas - que ha reunido en primicia para la ocasión fotografías, vídeos, instalaciones y documentos originales- la define como "ese otro mundo del arte hecho por los artistas" que discurrió en paralelo a la historia oficial. "No existe ningún museo en Madrid que recoja nuestras historias. Por ello, hemos querido reunir por primera vez estas obras y ofrecer a propios y extraños la crónica de lo que hicimos, lo que fuimos, lo que vivimos; de lo que pasó en la cara oculta de la Luna de Madrid", añade.

La exposición, que podrá verse hasta el próximo 4 de Febrero de forma gratuita, repasa en orden cronológico una treintena de proyectos de la escena independiente o autogestionada. Tras Espacio P se adentra en "una sucesión imparable de espacios, festivales, ediciones y formatos de trabajo inclasificables de los 90".

"Los artistas de Madrid no disponíamos de espacios de exposición, recursos públicos ni diálogo con las instituciones y el mercado rechazaba las líneas de experimentación que todos queríamos desarrollar –performance, instalación, sitio específico, espacio público...–, por lo que inventamos nuestra propia institucionalidad", explica Ruiz-Rivas.

Por allí desfilan nombres como Estrujenbank, primer espacio gestionado por artistas; El Ojo Atómico (creado por el propio Ruiz-Rivas), primer espacio dedicado a instalaciones de sitio específico en España y hoy recorvertido en Antimuseo; o asociaciones como Cruce.

Arte en garajes, sótanos y pasajes subterráneos

A ellos se suman otros espacios que conquistaron para el arte espacios poco convencionales: garajes como Garage Pemasa, sótanos como Galería Valgamedios, pasajes subterráneos como Galería Mari Boom o en desuso como Doméstico.

La simbiosis entre arte y otras disciplinas también está presente en proyectos como Circo Interior Bruto (artes plásticas y escénicas), Acción!MAD (performance y arte en acción) o La Más Bella y El Perro (arte y edición). El punto y final lo pone el festival MAD.03, que se define como un "momento efímero de institucionalización" por parte de estos artistas outsiders.

Uno de los platos fuertes de la muestra es la recuperación de diez piezas emblemáticas de esta época que han sido reactivadas para la ocasión. Entre ellas: Cabina, de José Manuel Rodríguez de Córdoba para Poisson Soluble; A.68, de Darya von Berner para Doméstico; Acumulación de sucesiones de bandas de protección de doble onda, de Manuel Ludeña para El Ojo Atómico; Presupuesto 6 euros, una convocatoria de Cabello-Carceller para Off Limits o Indignadas de María María Acha-Kutscher para el Antimuseo.
Fuente: 20 Minutos