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  • El inicio de la influyente saga se estrenó en Estados Unidos un viernes, pero un 9 de mayo de 1980. Repasamos los datos más curiosos de la película de Cunningham.


Viernes 13

La fórmula era sencilla. Chicos sin camisa sacando pecho, chicas ligeras de ropa o sin ella y alguien utilizándolos de carnaza fácil para sus atroces asesinatos. ¡Ah! Y un campamento de verano, Crystal Lake. Muy probablemente si 'Viernes 13' se hubiera estrenado hoy en día en cines (bueno, mucho antes de la actual crisis sanitaria) casi nadie hubiera pagado el precio de una entrada para ir a verla. Pero hace 40 años, estrenada en Estados Unidos un viernes, aunque un 9 de mayo de 1980, la película dirigida por Sean S. Cunningham se convirtió en toda una llena-salas. Una de esas películas que nadie quería perderse.

Tampoco es que fuera ninguna maravilla, pero junto a 'La matanza de Texas' (1974) de Tob Hooper y 'La noche de Halloween' (1978) de John Carpenter dio forma a todo un subgénero, el slasher, y su influencia a lo largo del cine ha sido enorme. Basta recordar que hasta ahora entre secuelas, reinicios, remakes y crossovers (el de 'Freddy contra Jason' en 2003) la saga posee una docena de títulos más documentales y la televisiva 'Friday the 13th: The Series' (en España se tituló 'Misterio para tres'), de a finales de los ochenta y con algunos episodios dirigidos por David Cronenberg.

Pero nos quedamos en el punto de cuando todo empezó. Por cierto, en España sí que se estrenó un día 13 (de agosto), pero era jueves. Vamos con algunas de sus curiosidades, bajo la advertencia de que pueden contener más de un destripe (aunque pocos).

Viernes 13

Pero, ¿dónde está Jason Voorhees?


Y empezamos con un spoiler gordo (para quiénes aún no la hayan visto). De hecho su guionista, Victor Miller, la había concebido con esa ricura de psycho killer llamado Jason nacido con una deformidad (hidrocefalia) como “una víctima y no un asesino”. Así que el verdadero asesino en serie de esta primera entrega no era él. En las sagas siguientes ya le pusieron las pilas (sin que a Miller le gustara la idea). En la segunda parte aparecía con la cabeza convenientemente tapada, y no fue hasta la tercera cuando pudimos empezar a verle de nuevo en acción con el rostro oculto por su inconfundible máscara de portero de hockey.

El presupuesto era de risa


En la película aparecen dos jeeps. Pero es mentira, en realidad se utilizó el mismo vehículo. Una muestra de la falta de presupuesto que incluso obligó a cortar y retomar el rodaje en varias ocasiones por falta de liquidez. Su protagonista, Adrienne King, aseguraría tiempo después que en la famosa escena de la canoa en mitad del lago incluso se puede apreciar el cambio de color en las hojas del paraje que la rodea. Pero una vez estrenada, su inversión de unos ajustados 550.000 dólares (más gastos de promoción) se convirtieron en el sueño húmero de cualquier productor de Hollywood, casi multiplicando por 110 cada centavo puesto. Recaudó en los cines de todo el mundo nada menos que 59,7 millones.

Viernes 13

¿Una película de moral conservadora?


Hormonas alteradas, sexo, drogas blandas, alcohol, diversión y jóvenes que desoyen los consejos de los adultos. No deja de resultar curioso que a una peli que destaca por su sadismo, sangre y desnudos algunos la acusaran de transmitir un mensaje con moralina tipo “los pecadores que han tenido sexo deben ser castigados”.

¡Hummmm…! Bueno esto pensaron. Y sí que Cunningham diría, quizá en un tono más en broma que en serio, que en ese momento su hijo adolescente le causaba quebraderos de cabeza y esta había sido su oportunidad de vengarse de adolescentes ociosos y descerebrados, pero nos quedamos con las palabras de Debra Hill (productora y guionista de varias de las películas de John Carpenter, la saga Halloween entre ellas): “Hay gente que ve lecturas con mensaje moral o sociológico dentro de una simple historia de terror que no tenía en su agenda aleccionar sobre nada de esto”.

Viernes 13

Poniendo el contador en marcha: ¿cuál fue el número de muertos?


La primera película no fue especialmente sangrienta. De hecho varios asesinatos ni siquiera se mostraron en escena (sí los cadáveres). Pero en total se contabilizan 10 personajes muertos. Prácticamente fue la que menos tuvo, solo superada en este ranking por los 9 de la segunda parte. La que más, las 23 muertes de 'Jason X' de 2001 (aunque un par de ellas fueran accidentales). La mayor parte del resto de entregas venideras se moverían entre 18 y 19.

Sí que hubo una muerte real


Los responsables contrataron para los imprescindibles efectos de maquillaje a Tom Savini (una de las leyendas en su campo) porque les había encantado su trabajo en 'Zombi: El regreso de los muertos vivientes' (1978) de George A. Romero. Y prescindiendo de maquillajes o trucos, suya fue la idea, no prevista en el guión, de la escena con la serpiente. Se le ocurrió a raíz de una experiencia real propia durante el rodaje, cuando una serpiente se coló en su cabaña. En las escenas filmadas no hubo trampa ni cartón, ni en el fatídico destino del ofidio invasor. Por suerte, para el resto de personajes, Savini sí que decidió aplicar su arte con el maquillaje.

Viernes 13

¿Qué fue de su protagonista, Adrienne King?


Adrienne King interpretó con 24 años a Alice. La final Girl de 'Viernes 13' prácticamente no tenía experiencia en cine. Solo había participado como bailarina, y sin acreditar, en 'Fiebre del sábado noche' y 'Hair', y poco más. Luego aparecería en la segunda entrega y, a partir de allí, se acabó. Bueno, en 2010 volvería a participar en otros proyectos menores, como cortometrajes (uno de ellos 'Untitled Friday The 13th fan Film', el pasado año) o largometrajes de escasa repercusión (como 'La habitación de las mariposas' de 2012). También ha intervenido en el filme de terror 'The Dead Girl in Apartment 03' de próximo estreno (algún día de estos). Adrienne prefirió dedicarse a sus otras pasiones, el baile y la pintura.

¿Y del resto del reparto?


Kevin Bacon es el único integrante del reparto que haría carrera y sería famoso. Y la única con un currículum labrado era Betsy Palmer a quien el guion le había parecido, literalmente “una basura”, pero aceptó participar para ganarse los 10.000 dólares con los que comprarse un coche nuevo, y pensando que la película de marras quedaría rápidamente olvidada (¡qué equivocada estaba!). Su interpretación de la Señora Voorhees le valdría una nominación… a los razzie a la peor actriz de reparto. Betsy trabajó ante las cámaras hasta 2007, y falleció en 2015 a los 88 años.

Para el resto del grupo o fue su única película (por ejemplo, para Jeannine Taylor que interpretó a la novia del personaje de Bacon) o poco más hicieron, aunque alguno siguió algo más activo en esto de la interpretación. Y ¿recordáis la secuencia del susto final? Pues el actor infantil que hizo de Jason con tan solo 10 añitos, Ari Lehman, acabaría formando con el tiempo su propia banda de punk metal llamada, en homenaje a su personaje, precisamente First Jason.

Viernes 13

La primera víctima


Como no podía ser menos, fue uno de los monitores del campamento y además masculino. El honor de ser la primera víctima de Viernes 13 (y toda la saga) recayó en Willie Adams. Era uno de los asistentes de cámara durante el rodaje y parece que daba con el perfil buscado de joven víctima. Su personaje fue el de Barry (duró poquísimo), dispuesto a darse el lote con su amiguita, a escondidas, de noche y descuidando sus labores como cuidador.

¡Ay! Y esa musiquilla…


El músico Harry Manfredini es uno de los grandes compositores de bandas sonoras de género de terror y fantástico de serie B. Su mayor inspiración siempre ha sido el maestro Bernard Herrmann, y para Viernes 13 se basó sobre todo en los instrumentos de cuerda de Psicosis. Pero lo más llamativo eran los susurros que se oían mezclados con la música, tipo “chi-chi-chi-kah-kah-kah”, o más bien como “ki,ki,ki, ma, ma, ma” y que, a su manera, daban una pista sobre el autor de los asesinatos. Se supone que sonarían a Jason diciéndole a su madre “Kill, Kill, Kill, Mom, Mom, Mom” ("Mata mamá, mata"). “Se me ocurrió la idea de tomar el ‘ki’ de ‘kill’ y el ‘ma’ de ‘mommy’, los pronuncié de manera muy ruda, pero clara y rítmica, en un micrófono y luego los filtré a través de una máquina de eco de los años 70 que teníamos por allí”, explicaría el compositor.

Viernes 13

¿Se puede visitar el campamento real?


Pues sí. Existe la posibilidad de que uno pueda darse un garbeo, aunque el aforo es limitado, por Crystal Lake. El campamento real se llama No-Be-Bo-Sco y está en Hardwick, en el norte de Nueva Jersey (solo los baños que aparecen en la película tuvieron que construirse expresamente). Y, claro, allí también se puede comprar merchandising de recuerdo. Hay gorras, camisetas, sudaderas, bolis, objetos firmados, fotografías y también, ¡yujuuuu!, trozos de madera enmarcadas del muelle o agua embotellada del lago.
Fuente: CineManía

  • Será su primer álbum con canciones inéditas desde 'Tempest', de 2012.


El cantante y compositor Bob Dylan anunció hoy que el próximo 19 de junio publicará un nuevo disco, 'Rough and Rowdy Ways', que será su primer álbum con canciones inéditas desde 'Tempest' (2012).

Dylan aprovechó la noticia para desvelar un nuevo tema con aroma de blues titulado 'False Prophet'.

"Otro día que no termina, otro barco que se va, otro día de ira, amargura y duda", lamenta en los primeros versos de esta nueva canción.

'False Prophet' es el tercer tema nuevo que presenta Dylan en el último mes y medio y llega después de 'Murder Most Foul', una canción de casi 17 minutos que repasaba gran parte de la historia de EE.UU. en el siglo XX; y de 'I Contain Multitudes', que tomaba su título de un famoso verso del poema "Song of Myself" de Walt Whitman.

Aunque no está confirmado oficialmente, se presupone que tanto 'Murder Most Foul' como 'I Contain Multitudes' formarán parte de este nuevo álbum de Dylan.

En el servicio de "streaming" Apple Music aparece, en vista previa, 'Rough and Rowdy Ways' como un trabajo que tendrá diez canciones y donde aparecen los tres temas recientemente desvelados.

La web oficial de Dylan indicó que 'Rough and Rowdy Ways' estará disponible como doble disco y como doble vinilo.

Su último álbum de estudio en el mercado hasta la fecha, el número 38 de su carrera, llevó por nombre 'Triplicate' (2017) y en él versionaba clásicos del cancionero americano, lo que se ha convertido en una constante en estos años.

El ganador del premio Nobel de Literatura tiene prevista una gira este verano por diferentes recintos de Estados Unidos.

Sin embargo, la celebración de estos conciertos está entre grandes interrogantes, y muy probablemente deban cancelarse finalmente debido a las normas de confinamiento y de prohibición de eventos multitudinarios que se han decretado en el país para intentar frenar el avance del coronavirus.
Fuente: 20 Minutos


El artista Bob Dylan durante su concierto en Rock in Rio 2008 (Madrid, España)

  • El guitarrista de Queen, Brian May, acude al hospital tras sufrir un percance mientras realizaba tareas de jardinería.


“¡Mi realidad! No, el virus no me atrapó, gracias a Dios. Espero que todos estén bien y a salvo. Mi decisión de rebajar las precauciones no hizo que el peligro despareciera. ¿Y yo? Sí, me he mantenido en silencio. ¿El motivo? Además de exigirme demasiado y tener muchas ocupaciones, me las arreglé para romperme el músculo glúteo mayor mientras realizaba tareas de jardinería con ahínco”.

“Ahora, de repente me encuentro en un hospital y me han examinado para averiguar cuánto daño me hice. Resulta que realicé un duro trabajo, fue hace unos días, y no podré caminar durante un tiempo… ni dormir sin ayuda, ya que el dolor es intenso. Entonces, amigos, necesito ocultarme durante un tiempo y descansar un poco en casa”.

“Por favor, no me envíen ánimos, tan sólo necesito un poco de tranquilidad curativa durante un tiempo. Volveré, pero necesito un completo descanso, ¿de acuerdo? Gracias. Cuídense por ahí fuera”.
Fuente: A Queen of Magic

Brian May (guitarrista de Queen)
  • El músico alemán, de 73 años, abandonó la legendaria formación hace una década

El hombre creó la máquina y, acto seguido, aparecieron Kraftwerk para resetear el sistema e indicar a la música popular que por ahí, por la senda de los sintetizadores y los robots, de los cortocircuitos y el ensalmo sintético, también se podía avanzar. ¿Se podía? ¡Se debía!

Muertos los Beatles, Ralf Hütter y Florian Schneider levantaron desde Düsseldorf un nuevo imperio electrónico. El segundo, desvinculado de la banda desde hace más de una década, ha fallecido a los 73 años víctima de un cáncer, según ha podido confirmar la corresponsal de ABC en Berlín, Rosalía Sánchez, de fuentes de la discográfica Sony. Según «The Guardian», el músico falleció la semana pasada y fue enterrado en una ceremonia privada, lo que concuerda con el perfil discreto que mantuvo durante los últimos años de su vida, dedicados a la síntesis vocal y a proyectos como «Stop Plastic Pollution», pieza que lanzó en 2015 junto a Dan Lacksman.

Schneider, que fundó Kraftwerk junto a Hütter en 1970, llevaba más de una década desvinculando de la banda y se perdió, por voluntad propia, esa segunda o tercera juventud que llevó a los alemanes a actuar lo mismo en el Gran Teatre del Liceu que a pasear triunfales por la Tate Modern londinense, pero a esas alturas, bien entrado el siglo XXI, ya había hecho todo lo humana y robóticamente posible por fijar el kilómetro cero de la electrónica contemporánea.

Florian Schneider, cofundador de la banda Kraftwerk

Es más: todo lo que Kraftwerk hicieron desde mediados de los ochenta fue tiempo extra para una carrera grabada a fuego en los setenta gracias a discos como «Autobahn» (1974), «Radio-Activität» (1975) y, sobre todo, «Trans Europa Express» (1977). Una suerte de trilogía con la que los alemanes fueron modulando el tacto experimental y vanguardista de sus primeras grabaciones y acabaron abrazando el minimalismo electrónico con vistas al pop. Fue ahí, claro, donde el papel de Schneider, nacido en Öhningen en abril de 1947, fue esencial y determinante. Con los años llegaría la sublimación de los humanoides con «The Man Machine» (1978) o la emblemática sintonía del Tour de Francia de 1983, pero antes de eso la alianza Hütter-Schneider ya había dado sus mejores frutos.

La relación, de hecho, ya venía de lejos: se conocieron a finales de los sesenta en el conservatorio de Düsseldorf y, en pleno auge del krautrock, formaron Organisation, efímera banda que les serviría de trampolín para crear Kraftwerk. El nombre elegido, «central eléctrica», no podía ser más acertado: a sus turbinas se acabaría conectado casi toda la electrónica de consumo del siglo XX (y parte del XXI) creando afluentes hacia el hip hop, el electro o el techno.

«Nosotros tocamos las máquinas pero las máquinas también nos tocan a nosotros. Intentamos tratarlas como a compañeras para que intercambien energía con nosotros», les gustaba decir decir para explicar esa fascinación industria y maquinal que alimentó trabajos como «Computer World» (1981). La electrónica, añadía Schneider, fue la mejor manera de superar las limitaciones de los instrumentos que le llevaron al conservatorio (violín, guitarra y, sobre todo, flauta) y de expandir su mente. Los sintetizadores se encargaron del resto.

Figura de culto a medida que avanzaban las décadas, Schneider sí que dejó ver (es un decir) en el histórico concierto de Kraftwerk en el Sónar de 1998, pero tras participar en la grabación de la versión 2003 de «Tour de France», decidió apearse del grupo para dejar a Hütter al mando de una maquinaria de la nostalgia que este mismo año tenía que celebrar sus 50 años con una gira que el coronavirus ha dejado tocada de muerte. A Schneider, por lo menos, le queda saberse protagonista e inspirador de una canción de David Bowie e ideólogo de la electrónica elegante y satinada del cambio de siglo.
Fuente: ABC



Julia María Otero Pérez (A Penela, Monforte de Lemos, Lugo, 6 de mayo de 1959) es una periodista española.

Se introdujo casualmente a los 17 años en el mundo de la comunicación, en el programa "Protagonista, el cine", en la emisora Radio Sabadell, gracias a un amigo. En poco tiempo se convirtió en presentadora y directora de dicho programa.

En 1980, Otero fichó por la emisora Radio Juventud y un año después llegó a Radio Miramar para trabajar inicialmente en los servicios informativos. Posteriormente, presentó varios programas en la emisora barcelonesa, como "Radio a la vista", junto a Carlos Herrera y José Manuel Parada, el humorístico "Bruja más que bruja", el musical "Con faldas y a lo loco", las entrevistas de "Café del domingo" o el magacín "Sábado noche". En 1985 pasó a dirigir y presentar el programa despertador "Crónica del alba", que gracias al acuerdo de vinculación entre Radio Miramar y la COPE, se emitía desde Barcelona para toda España a través de la red de emisoras de la cadena episcopal.​ En septiembre de 1987, tras la ruptura entre la COPE y Radio Miramar, Otero fue la encargada de reemplazar a Luis del Olmo en las mañanas de la emisora barcelonesa, con el espacio "Y nosotras, ¿qué?", que se definía como "un informativo hecho por y para las mujeres".

Julia Otero

Julia Otero

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