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Merry Clayton, la vocalista que abortó por llegar al límite cantando para Jagger


Merry Clayton no necesitaba lecciones de nadie para cantar. La cuna era suficiente: había nacido el día de Navidad de 1948 en Gert Town, el mismo barrio de la ardiente Nueva Orleans que fue hogar natal de Allen Toussaint, depositario y preservador de la esencia musical de la vieja ciudad del delta hasta que un infarto le mató en Madrid, tras un concierto en Madrid en Noviembre de 2015 —las imágenes en vídeo de la procesión funeraria demuestra el cariño que había sembrado—.

Clayton, una mujer de pulmones tan anchos como el río Misisipi, había cantado gospel en la parroquia que atendía como pastor su padre y después buscó acomodo como corista en los años sesenta, poblados de ritmo y posibilidades. No le fue mal: hizo voces de apoyo para Ray Charles, excomulgado por todos los ministros evengélicos por convertir la música sacra en lava ardiente para los ritmos del diablo, y apareció también en el debut de Neil Young como solista. Sabía adaptarse al ardor y al lamento.

El momento de gloria de Clayton, el que justifica una vida, ocurrió una noche de Noviembre de 1969, cuando su voz convirtió una de las mejores canciones de los Rolling Stones, 'Gimme Shelter', en un grito, un tumulto, una erupción…

La historia dice que fue Jimmy Miller, uno de los productores de los Stones, quien en las sesiones de grabación en Los Ángeles creyó necesaria una voz femenina para enturbiar la atmósfera apocalíptica del tema, una “canción tipo fin del mundo”, según decía Mick Jagger, que contenía la rabia por la guerra de Vietnam, el racismo, la violencia, la inseguridad…

Casi a medianoche y por recomendación del ingeniero y arreglista Jack Niztsche —un viejo lobo que provenía del pop de la factoría de Phil Spector y conocía a Clayton por medio de Neil Young—, llamaron a la cantante.

En el documental 20 Feet from Stardom, Clayton explica así el momento:

Estaba en casa, a eso de las 12 de la noche, en cama, con mi marido y muy embarazada. Recibimos una llamada de mi buen amigo Jack Nitzsche, qué me preguntó: “Merry, ¿estás ocupada?”. Le dije: “No, estoy en cama”. El dijo: “Mira, están en en la ciudad unos chicos ingleses y necesitan a alguien para que cante un dúo con ellos ¿Podrías acercarte al estudio y hacerlo? (…) Hablé con mi marido. Le dije que unos ingleses, los Rolling… algo, querían que cantase un tema con ellos. Él me acompañó al estudio”.

Aunque en un primer momento pidió explicaciones sobre las dos líneas que debía cantar: Rape, murder, it’s just a shot away (violación, asesinato, están a un tiro de distancia) y War, children, it’s just a shot away (la guerra, niños, está a un tiro de distancia), que le parecían demasiado descarnadas, Jagger le explicó que se trataba de una canción sobre el pico de violencia social y belicismo que experimentaba el mundo. A la cantante le pareció bien: comulgaba con el mensaje.

Clayton, profesional con maña, sólo necesitó escuchar una vez la pieza antes de empezar a grabar. Hizo tres tomas, sin cortes, elevando el tono una octava en cada una, dejando que la voz se le rompiese para llegar al lamento de una madre que teme por la vida de sus hijos.

Los Stones estaban fascinados: nunca habían colaborado con nadie con tanta y tan inmediata empatía, con tanta emoción en el torrente de la voz. Eligieron la última toma, la más extrema. A Clayton la decisión le pareció acertada —“no me atreví a decir nada porque yo era una contratada, pero me gustaba que se me quebrase la voz, lo consideré correcto para la canción”—.

Gimme Shelter apareció abriendo el álbum 'Let It Bleed', el octavo elepé en el Reino Unido y el décimo en los EE UU de los Rolling Stones. La canción, con el inolvidable riff telegráfico de guitarra de Keith Richards y el ambiente de desesperación contra la vileza, se convirtió en un estándar para la banda y es la 12ª de su repertorio que más veces han interpretado en directo. El periodista musical Greil Marcus escribió en el momento de la edición que el grupo “nunca había publicado ningún tema tan bueno”.

Las consecuencias de la obra maestra no fueron tan dulces para Clayton, que a consecuencia del violento ardor que puso en la grabación sufrió un aborto a los pocos días. Cuando el disco fue editado, los Rolling Stones no solo no le enviaron un álbum de regalo sino que escribieron mal su nombre en los créditos, llamándola Mary Clayton. Varias décadas después, en la carpeta de un grandes éxitos, lo volvieron a escribir mal.
Fuente: 20 Minutos


Merry Clayton

Gloria Gaynor, Marsalis y Diana Krall triunfan en la nueva edición del festival Heineken Jazzaldia



  • Gloria Gaynor abría el jueves esta edición en el escenario verde Heineken de la playa de Zurriola ante unas 45.000 personas.
  • Uno de los momentos más mágicos lo protagonizó Branford Marsalis, una de las leyendas vivas del jazz.


San Sebastián se ha vuelto a convertir en una de las capitales mundiales del jazz durante la 51ª edición del festival Heineken Jazzaldía. A lo largo de cinco días, la fusión de estilos musicales y la gastronomía han inundado las calles de la ciudad vasca, que ha recibido a miles de aficionados en los distintos escenarios.

Gloria Gaynor abrió el jueves esta edición en el escenario verde Heineken de la playa de Zurriola ante unas 45.000 personas. Todos corearon sus grandes éxitos y disfrutaron de la energía de la estrella.

El escenario del auditorio Kursaal acogió el viernes al trío formado por el pianista Brad Mehldau, el guitarrista John Scofield y el baterista Mark Guiliana. Este último, que ha colaborado en el último disco en vida de David Bowie, 'Blackstar', se dejó ver por las calles donostiarras en otros espectáculos.

Nadie quería perderse esta combinación de la cultura vasca con el mejor jazz. En las Terrazas Heineken (marca que ha cumplido dos décadas de apoyo al festival y que acaba de renovar por otras dos ediciones más) se podían encontrar conciertos al aire libre –algunos pasados por agua– llenos de curiosos y aficionados.

Más que un festival, Heineken Jazzaldia se ha convertido en una experiencia de vida. Las rutas de pintxos por toda la ciudad, las zonas de jazz club ubicadas cerca del escenario central o los conciertos gratuitos nos invitan a exprimir al máximo todo lo relacionado con la música en directo. Este es el leitmotiv principal de la campaña de Heineken #Liveyourmusic, que se encuentra en los principales festivales de música de este verano.

Sin duda, uno de los momentos mágicos de la noche del viernes lo protagonizó Branford Marsalis, una de las leyendas vivas del jazz. El silencio de la plaza de la Trinidad (en la que no cabía ni un alma) solo se rompía con el piano del maestro, acompañado de Kurt Elling y de piezas tan conocidas como el clásico 'Stormy Weather'.

Miguel Díaz, director del festival, ha valorado positivamente la reacción del público ante los conciertos del evento: "Habíamos hecho una propuesta arriesgada, pero la agente ha estado entusiasmada", declara. Jazzaldia se ha caracterizado en los últimos años por fusionar el jazz más clásico con otras iniciativas que aportan distintas visiones sobre la música. "Es un debate que está superado dentro de la organización -asegura Díaz- Tenemos establecido que este es un festival de jazz con la capacidad de abrirse a cualquier propuesta interesante".

La cantante Diana Krall cerraba la noche del lunes en un festival que toma la ciudad de San Sebastián y la hace crecer en cultura y vida urbana, gracias a artistas como Ibrahim Maalouf, Charles Bradley o Snarky Puppy. Pero Heineken Jazzaldia no es solo un festival, sino toda una propuesta para vivir la música al máximo y dejarse llevar por todas las experiencias únicas que pudimos vivir en una ciudad que enamora a cada paso.
Fuente: 20 Minutos


Festival Heineken Jazzaldia

La reinvención de los dioses de la lucha de los ochenta


Posiblemente muy pocos pensarían que hay algo en común entre la ley de la gravitación universal de Newton y actores como Sylvester Stallone o Jean Claude Van Damme. Aparentemente no lo hay pero si indagamos entre las leyes de la física, los principios de acción y reacción y simplificamos todo en algo tan básico como ‘todo lo que sube, tiene que bajar’ encontraremos la conexión entre las tres partes.

Después de haber llenado de puños y patadas la gran pantalla durante casi dos décadas, dos mitos de la lucha han dado un paso atrás para seguir viviendo del cine, de lo que fueron y sin correr el riesgo de ridiculizarse entre guantes y golpes de tibia.

Renovarse o morir es una de las grandes máximas no sólo del cine, sino también de la vida. Y tanto Sly como Van Damme han sabido restañar sus heridas, hacerse (metafóricamente) a un lado y dejar que la vida dentro del cine de acción siga su camino. Sobre tatamis o entre cuerdas y sin ellos dando los golpes pero sí guiándolos.

Nadie esperaba que Rocky Balboa tuviera que subirse de nuevo a un ring casi cuarenta años después de estrenar 'Rocky'. Como tampoco nadie esperaba que aquella corriente de aire que levantó Hollywood sobre la historia de un boxeador amateur que peleaba por un sueño pudiera brillar tanto en los Oscar.

Pero después de aquella honrosa retirada llegó la parte de verdad y llegó 'Creed'. Sylvester Stallone sabía que vestirse de corto había llegado a su fin. Sabía que en los gimnasios su hueco debía ser ocupado por gente más joven y que los laureles del Potro Italiano no volverían a reverdecer pero también sabía que su historia no acababa ahí.

Así ocurrió con el bombazo 'Creed', con la reinvención de un Stallone que paladeó de nuevo las mieles del éxito después de ser un casi proscrito en la Academia. Respetado pero proscrito. Uno de esos tipos a los que se le mira por encima del hombro desde una silla de director, juzgando su carrera en torno al concepto de arte. Y podríamos estar de acuerdo en una parte de ello, quizás en el fondo, pero nunca en la forma.

Sin embargo Sly volvió a brillar y lo hizo delegando. Guardando en su cajón los calzones barraestrellados y dejando que las nuevas riendas las llevara Michael B. Jordan para revitalizar la saga y llenar de boxeo el siglo XXI. No había Balboa pero había 'Creed'.

Algo parecido le pasó a aquel musculado artista marcial de Bruselas. Evidentemente y ni en sus mejores sueños, JCVD alcanzó nunca la fama y el reconocimiento que disfrutó Stallone. Pero tampoco le ha ido mal en un cine sin pretensiones, a pesar de unos cuantos años de travesía en el desierto.

Puede que Jean-Claude Van Damme no sea un actor de método y puede que sus papeles suenen falso y maniqueos. Puede que sólo consistiera en dar patadas pero al igual que Stallone, se ha subido en el carro de renovarse o morir.

Podríamos decir que no saben hacer otra cosa que pelear, más o menos metafóricamente, y es que, a estas alturas de la película, creer que JCVD es Brando o Stallone pudiera ser De Niro, son chorradas que ni yo creería.

Pero ellos tampoco lo creen. Y en esa creencia está la consciencia de saber qué hay que cambiar. Y ambos supieron girar a tiempo. Balboa evolucionó en 'Creed' y 'Rambo' dijo ‘adiós’ a Vietnam para convertirse en 'Los mercenarios'.

Un trance similar pasó JCVD, risas a sus costa mediante con una cinta homónima donde se ríe de si mismo pero que ahora vuelve a sonreír a costa de 'Kickboxer'. No veremos sus puños volar ni a él intentar partir una palmera a patadas pero sí veremos esa esencia.

'Kickboxer: Vengeance' recupera el Kick Boxing clásico de Van Damme adaptado a los nuevos tiempos y tutoreado por él. Sabe que sus patadas ya no llegan tan alto y que su tiempo de tatamis, aunque sea en la ficción, son de otra época. Por eso existe el doble mérito de saber apartarse y aún así, sacar partido a lo que fuiste.

Puede que de nuevo Van Damme y Stallone no sean gente de Oscar. Incluso puede que no estén en la misma página de la historia del cine pero lo que nadie les puede negar es el derecho a pelear por lo que fueron y por lo quieren ser. Sus hazañas no serán cine de culto pero el entretenimiento de decenas de horas no se les puede quitar.

Ese es su mérito, el haber enfrentado el futuro desde el pasado y aún así, haberle vuelto a noquear sin dejar de ser quienes son. Pese a quien pese.
Fuente: Esquire


Rocky Balboa

La productora de 'Star Wars' admite su responsabilidad en el accidente de Harrison Ford



  • El actor que da vida a Han Solo se rompió una pierna al ser golpeado por una pesada puerta hidráulica.
  • Ford, de 74 años, tuvo que ser trasladado en helicóptero a un hospital de Oxford donde fue operado.
  • La acusación, que presentó cuatro cargos contra la productora Foodles Production, aseguró que se podrá haber causado "una muerte".


La productora británica Foodles Production, responsable de la filmación en el Reino Unido de 'Star Wars: El despertar de la Fuerza', admitió este martes ante un tribunal británico su responsabilidad por el accidente que sufrió hace dos años el actor Harrison Ford durante el rodaje.

La estrella de Hollywood, de 74 años, se rompió una pierna y sufrió otras heridas en Junio de 2014 al ser golpeado por una pesada puerta hidráulica de metal en el decorado que recrea el Halcón Milenario.

El regulador de seguridad laboral británico Health and Safety Executive (HSE) llevó a juicio a Foodles Production, filial de Disney, y presentó cuatro cargos relacionados con ese accidente.

La productora británica ha admitido responsabilidad en dos ellos, mientras que la fiscalía retiró los otros dos. El Tribunal de la Corona de Aylesbury dará a conocer su sentencia el próximo 22 de Agosto, informaron este martes fuentes judiciales.

Cuando sufrió las lesiones, Ford, que regresaba al papel de Han Solo en la séptima entrega de la saga de 'Star Wars', fue trasladado en helicóptero a un hospital en Oxford para ser operado.

La acusación: "podría haber matado a alguien"


Durante el juicio, la acusación aseguró que el fallo en el funcionamiento de la puerta hidráulica podría haber provocado "una muerte", pues su impacto sobre una persona es similar, dijo, al de un "coche pequeño".

"Podría haber matado a alguien. No sucedió así porque se activó un mecanismo de parada de emergencia", destacó la fiscalía, que, no obstante, recordó que el accidente "podía haberse evitado".

En un comunicado, Foodles Productions indicó que sus responsables "han cooperado completamente" con la investigación desarrollada por el HSE y las autoridades competentes.

"La seguridad de nuestros actores y de la plantilla ocupa un lugar prioritario durante el rodaje", agregó la compañía en la nota.
Fuente: 20 Minutos


Harrison Ford en 'Star Wars - El despertar de la Fuerza'

Las giras musicales más recaudadoras en lo que llevamos de 2016


Al hablar de giras taquilleras las letras de Bruce Springsteen deberían resonar en las cabezas de todos. La leyenda del rock ha demostrado un año más que el nombre de The Boss lo tiene bien merecido al encabezar la lista de las giras musicales más recaudadoras en lo que llevamos de 2016, elaborada por Pollstar. Sin embargo, en lo que a conciertos se refiere, Coldplay ha sido el más recaudador: 29,7 millones de dólares en los cuatros conciertos que dio en el estadio de Wembley, en Londres. En esta noticia desglosamos las cifras en torno a las que han girado los tours de los "ídolos musicales" del momento.

Bruce Springsteen

  • Recaudación en su gira The River Tour 2016: 170,7 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 113,35 dólares
  • Número de entradas vendidas: 1.505.642
  • Ciudades/Conciertos: 48/53
  • Concierto más taquillero: 18,8 millones de dólares en Croke Park Stadium de Dublín (27 y 29 de Mayo)


Beyoncé
(Está en plena gira, por lo que las cifras podrían variar y desbancar al "Boss")

  • Recaudación en su gira Formation World Tour: 137,3 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 125,64 dólares
  • Número de entradas vendidas: 1.092.804
  • Ciudades/ Conciertos: 24/25


Coldplay

  • Recaudación en su gira de 2016: 137,2 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 86,37 dólares
  • Número de entradas vendidas: 1.588.514
  • Ciudades/Conciertos: 19/29
  • Concierto más taquillero: 29,72 millones de dólares en Wembley Stadium de Londres (15, 16 y 18 de Junio)


Madonna

  • Recaudación en su gira de 2016: 85,5 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 216,01 dólares
  • Número de entradas vendidas: 395.815
  • Ciudades/Conciertos: 21/34


The Rolling Stones

  • Recaudación en su gira de 2016: 83,9 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 115,04 dólares
  • Número de entradas vendidas: 729.292
  • Ciudades/Conciertos: 9/13
  • Concierto más taquillero: 17,6 millones de dólares en el Estado Único de Ciudad de la Plata (Argentina, el 7, 10 y 13 de Febrero)


Adele

  • Recaudación en su gira de 2016: 75,9 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 106,92 dólares
  • Número de entradas vendidas: 709.498
  • Ciudades/Conciertos: 20/49
  • Concierto más taquillero: 14,2 millones de dólares en The O2-London (Marzo y Abril)


Justin Bieber

  • Recaudación en su gira de 2016: 73,7 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 99,37 dólares
  • Número de entradas vendidas: 741,672
  • Ciudades/Conciertos: 45/53


Muse

  • Recaudación en su gira de 2016: 59 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 72,79 dólares
  • Número de entradas vendidas: 810.550
  • Ciudades/Conciertos: 38/67


Garth Brooks

  • Recaudación en su gira de 2016: 55,7 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 75,28 dólares
  • Número de entradas vendidas: 740.028
  • Ciudades/Conciertos: 15/65


Paul McCartney

  • Recaudación en su gira de 2016: 54,5 millones de dólares
  • Precio medio de las entradas: 130,21 dólares
  • Número de entradas vendidas: 418.554
  • Ciudades/Conciertos: 17/20
  • Concierto más taquillero: 11,6 millones de dólares en el Estado Único de Ciudad de la Plata (Argentina, Mayo)

Fuente: Forbes


Madonna
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