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El 'boom' de los casetes durante la pandemia: un sorprendente regreso al pasado


  • El año pasado se vendieron batió un récord de venta de casetes desde 2003, un aumento del 94,7% respecto a 2019.

Descrita como "el encuentro de nuevas tecnologías más grande de Europa", la Feria Internacional de Radiodifusión de Berlín es conocida desde hace mucho tiempo por mostrar lo último en electrónica de consumo. En 1963, el producto estrella fue el casete de audio, y fue presentado por su creador, el ingeniero holandés Lou Ottens, fallecido a principios del pasado mes de marzo.

Los casetes revolucionaron los hábitos de escuchar música, hasta entonces limitados a los discos de vinilo, que eran mucho menos manejables. De repente, gracias a las radios de los automóviles y al legendario reproductor de música de Sony, fue posible disfrutar de la música individualmente fuera de casa.

Además, poder regrabar varias veces en el mismo soporte permitió a los amantes de la música crear y hacer circular sus propias compilaciones. En el apogeo de su popularidad, en 1989, el casete vendió 83 millones de unidades solo en el Reino Unido.

Aunque posteriormente fue destronado, primero por el Compact Disc y luego por los archivos digitales (mp3 y mp4), el casete conserva un lugar especial en la historia de la tecnología sonora. Las compilaciones eran en realidad el antepasado de las listas de reproducción, y el walkman el precursor del iPod.

Aunque se juzga estética y físicamente inferior al disco de vinilo, inventado antes, la cinta de casete está experimentando una suerte de renacimiento. Por motivos sentimentales, pero también porque con la cancelación de conciertos permite a artistas menos conocidos obtener ingresos de su trabajo.

Vuelva a "rebobinar"


En el contexto de una pandemia que ha causado un daño inmenso a la industria de la música, 2020 podría llamarse el "año del casete".

Según cifras de la British Phonographic Industry (la asociación interprofesional de la industria discográfica británica), el año pasado se vendieron 156.542 casetes en el Reino Unido, un récord desde 2003, un aumento del 94,7% en comparación con 2019. Iconos del pop como Lady Gaga o Dua Lipa han comenzado a lanzar sus últimos temas en casetes… y se están vendiendo como churros.

Para aquellos de nosotros que tenemos la edad suficiente para haber conocido las cintas cuando eran un soporte musical popular, este resurgimiento puede parecer sorprendente. Después de todo, incluso en sus días de gloria, los casetes siempre han sido un medio de pobres. No tenían el atractivo estético o el toque romántico del disco de vinilo en su funda. Más tarde, sufrieron en comparación con la facilidad de uso, el brillo y la calidad de sonido del CD. Y no hay melómano mayor de 35 años que no tenga una anécdota horrible que contar sobre su disco o recopilatorio favorito, tragado y escupido al aire por el reproductor del coche o un aparato portátil.

El propio Lou Ottens considera "absurda" la vuelta de este medio reproductor. A su juicio, "nada podría igualar el sonido" del CD, en cuyo desarrollo también ha jugado un papel clave. Para él, el objetivo final de cualquier medio de escucha musical es la claridad y precisión del sonido, aunque reconoce el guiño a los oyentes nostálgicos.

Una cestión de sentimiento


Como especialista en música popular, no puedo evitar preguntarme si el punto de vista puramente utilitario de Lou Ottens no pasa por alto un aspecto esencial del casete y su sonido: el reciente resurgimiento de la cultura popular.

Después de todo, la apreciación cultural de la música va mucho más allá de un debate limitado a la calidad del sonido. Nuestro amor por la música y los rituales culturales que la acompañan son complejos y profundamente sociales, y no solo afectan a nuestros oídos.

El renovado interés actual en el disco a veces se explica por el deseo de volver al sonido de mayor calidad del vinilo. Pero a menudo también se le ve como un movimiento cultural que regresa a un medio icónico y patrimonial que las personas pueden tocar, manejar y apreciar juntas, a diferencia de un archivo digital. Aunque menos emblemáticos, los casetes también representan momentos de la historia cultural queridos por los amantes de la música.

A mediados de la década de 2010, como parte de mi doctorado, realicé un estudio sobre los primeros signos del resurgimiento de los casetes en el indie rock y el punk en Glasgow.

He preguntado a músicos, sellos y fans sobre este fenómeno. Durante estas conversaciones, se citó como un elemento motivador el lado material de estos objetos, su presencia física y tangible. "Me gusta poseer cosas. Todos están muriendo ahora, pero me gusta tenerlos", me dijo un fan. "Es mi pasión. La música es mi pasión y así es como gasto mi dinero".

También hay una razón económica para el resurgimiento de la cinta. A medida que aumentan los debates sobre la necesidad de servicios de streaming para remunerar a los artistas, los músicos independientes llevan algún tiempo utilizando la venta de material físico como fuente de ingresos.

Tanto para los grupos de Glasgow como para los artistas independientes de hoy los casetes representan un medio realmente ventajoso desde el punto de vista económico al proporcionar un producto físico mucho más barato que un disco de vinilo, que tiene que ser prensado. Como me dijo el gerente de un sello discográfico, "tendemos a lanzar las canciones en cinta porque es barato de producir, te permite recuperar fácilmente los costos y las bandas pueden ganar un poco de dinero con ellas".

Aunque las motivos de estos artistas independientes tengan poco que ver con el reciente enamoramiento de los casetes por parte de las estrellas del pop, los dos fenómenos probablemente tenga que ver con el deseo de tener soportes de audio que podamos tocar en un mundo en el que la tecnología digital y las pantallas son omnipresentes.

Desde el comienzo de la pandemia, muchas personas han dicho que han sentido una sensación de desapego frente a la tecnología digital. No parece descabellado sugerir que este afán de tener algo tangible, sublimado por la nostalgia de una era sin Covid, explique el resurgimiento del casete de audio, casi 60 años después de su nacimiento en Berlín.
Fuente: 20 bits

Tres tipos de casetes

Paul Melvyn Carrack (Sheffield, Inglaterra, 22 de abril de 1951) es un cantante, músico y compositor británico. Apodado por el canal de televisión BBC como "El hombre con la voz de oro", Carrack empezó su carrera profesional como compositor y líder del grupo Ace y ganó popularidad como artista en solitario y por su pertenencia a grupos como Roxy Music, Squeeze y The Bleeding Heart Band, grupo de respaldo de Roger Waters. Entre 1980 y finales de la década de 1990, ganó popularidad como fundador junto a Mike Rutherford y Paul Young (Sad Café) del grupo Mike and the Mechanics. Carrack trabajó como vocalista de la banda hasta su marcha en 2004.

Carrack cantó varios de los mayores éxitos en las bandas donde trabajó, incluyendo "How Long?" en Ace, "Tempted" en Squeeze, y "Silent Running" en Mike and the Mechanics. Además, participó como vocalista en los álbumes de Roger Waters Radio K.A.O.S. y The Wall – Live in Berlin, y logró un importante éxito en solitario con la canción "Don't Shed a Tear". Varias canciones de Carrack fueron versionadas por grupos y artistas tales como Eagles, Diana Ross, Tom Jones, Michael McDonald y Jools Holland.
Fuente: Wikipedia

Paul Carrack

Paul Carrack

Paul Carrack

John Joseph «Jack» Nicholson (Neptune City, Nueva Jersey; 22 de abril de 1937) es un actor, productor, guionista y director de cine estadounidense retirado, cuya carrera se desarrolló durante más de sesenta años. Es reconocido por interpretar una gran variedad de personajes, como protagonista o como actor secundario: desde cómicos o románticos hasta psicópatas, perturbados o villanos. En muchas de sus películas ha interpretado al «“eterno extraño”, ese personaje que se rebela en contra de las estructuras sociales convencionales».

Sus doce nominaciones al premio Óscar lo han convertido en el actor con el mayor número de candidaturas de la historia de este certamen. Alcanzó el máximo galardón como actor principal en 1976 por el drama "One Flew Over the Cuckoo's Nest" (1975), en 1984 como actor de reparto por la comedia romántica "La fuerza del cariño" (1983) de James L. Brooks y en 1998 de nuevo como principal por otra comedia de este mismo director en "Mejor... imposible" (1997). Es el único actor, junto con Walter Brennan y Daniel Day-Lewis, que posee tres estatuillas. También ganó seis Globos de Oro a lo largo de su carrera, y en 2001 fue homenajeado con el Premio Kennedy. En 1994 se convirtió en uno de los actores más jóvenes en ser reconocido por el American Film Institute, por su contribución a la cultura estadounidense a través de las artes interpretativas.

Algunas de sus cintas más emblemáticas son la película de carretera "Easy Rider" (1969), el drama "Mi vida es mi vida" (1970), la comedia dramática "El último deber" (1973), el film-noir "Chinatown" (1974) y el drama épico "Reds" (1981). Entre sus personajes más conocidos destacan el de Jack Torrance en "El resplandor" (1980), el de Joker en "Batman" (1989) y el de Frank Costello en "The Departed" (2006). Otras películas de su filmografía son "El honor de los Prizzi" (1985), "Las brujas de Eastwick" (1987), "A Few Good Men" (1992) y "About Schmidt" (2002). Su último largometraje ("How Do You Know") data del año 2010.
Fuente: Wikipedia

Jack Nicholson

Jack Nicholson

Jack Nicholson

  • Hoy 21 de abril se cumplen cinco años de la muerte del cantante por una sobredosis de fentanilo.

Hace cinco años la repentina muerte de una de las estrellas musicales más aplaudidas conmocionó al mundo de la música, porque nada hacía presagiar que Prince, de 57 años y que siempre protegió ferozmente su vida privada, iba a ser una víctima más del potente fentanilo, una droga entonces poco conocida.

El 21 de abril de 2016, las redes estaban inundadas de mensajes de incredulidad, y los medios de comunicación se dedicaban a analizar los pormenores de su misteriosa muerte y a repasar sus mejores momentos una y otra vez.

Internet se tiñó del color de Prince, cuando Google decidió cambiar su logo multicolor al morado, el tono que definió a esta estrella, y que rodeó de gotas de lluvia para rendir homenaje a uno de sus mayores éxitos, 'Purple Rain'.

Y es que el de Mineápolis era el responsable de una larga lista de los himnos de la generación del baby boom, como 'Little Red Corvette', 'Delirious', 'When Doves Cry' o 'Let's Go Crazy', y había pasado a ser considerado uno de los mejores músicos de su generación, mientras que su 'Purple Rain', 'Kiss' o '1999' permearon en el público de todas las edades.

Prince había sabido dar una imagen de normalidad en los meses anteriores a su muerte. Cuatro meses antes del fatal desenlace, había publicado un álbum, 'Hit n Run Phase Two', y en febrero de 2016 comenzó su tour 'Piano & A Microphone', en el que se "desnudaba" ante el público, subiéndose al escenario con solo un piano.

Sin embargo, sí que tuvo que cancelar algunos conciertos de su gira, y una semana antes de su fallecimiento, Prince acaparó los titulares cuando su avión privado tuvo que aterrizar de emergencia, algo que en ese momento se achacó a una simple deshidratación y al hecho de que se estaba recuperando de una gripe.

Después se supo que la realidad era que sus amigos más cercanos y su familia llevaban tiempo preocupados por la salud del icono, y que el aterrizaje de emergencia no fue por una gripe, sino por una sobredosis de potentes analgésicos opiáceos de la que tuvo que ser reanimado.

Sus seres queridos le pedían que dejara de tomar todos esos medicamentos, pero Prince alegaba que el dolor que sufría en sus manos era tal que si lo hacía, tendría que dejar de actuar.

"El tour con el piano le estaba afectando las manos", explicó en entrevistas con los investigadores la cantante Judith Hill, que tenía una estrecha relación con el cantautor, quien siempre fue muy receloso de su vida privada.

"¿Cómo lo ocultó tan bien?", se preguntó por otra parte el guardaespaldas y mejor amigo de Prince, Kirk Johnson, que no supo del problema con los opiáceos del artista hasta esa primera sobredosis.

La vida de Prince acabó un 21 de abril en un ascensor de su estudio de Paisley Park, en Mineápolis, donde se encontró su cuerpo. Según la autopsia realizada, fue víctima de una sobredosis de fentanilo, una droga sintética considerada 50 veces más potente que la heroína.

Cinco años después, sus seguidores siguen llorando su ausencia, pese a que la entidad que gestiona su patrimonio ha seguido publicando música que Prince tenía guardada, como el álbum 'Originals', que salió a la venta en junio de 2019, o 'Welcome 2 America', grabado en 2010 y que se lanzará el próximo 30 de julio. Para honrar su memoria, se abrirán las puertas de Paisley Park el día de su quinto aniversario, donde se exhibirá la urna con las cenizas de la leyenda musical.

"En el quinto aniversario de la muerte del incomparable Prince, Paisley Park, su hogar y su santuario creativo, abre las puertas a sus fans para rendirle homenaje y celebrar su vida", afirma la página web del complejo situado a las afueras de Mineápolis que fue propiedad del artista.

En concreto, se ofrecieron plazas gratuitas para 1.400 personas, que por supuesto tardaron poco en agotarse, para ver en primera persona una urna diseñada por la hermana del cantante, que inicialmente se pudo ver en Paisley Park desde octubre de 2016, cuando abrió en forma de museo, pero que después se retiró a petición de la familia.
Fuente: 20 Minutos

Prince durante una actuación en los American Music Awards

Raphael será embajador del Record Store Day '21, gran fiesta del disco y el comercio musical en formato físico


Raphael ejercerá de embajador de la próxima edición del Record Store Day español, la gran fiesta del disco y el comercio musical de formatos físicos, que este año tendrá lugar en dos jornadas, los sábados 12 de junio y 17 de julio.

Como ha indicado la organización, se trata de la primera vez que la rama nacional de este evento contará con dicha figura, que a nivel global ha contado en convocatorias previas con artistas de primer nivel como Metallica, Pearl Jam, Jack White, Dave Grohl o Iggy Pop, entre otros.

"Raphael es un artista transversal que ha trascendido a varias generaciones y que precisamente celebra sus 60 años sobre los escenarios", ha alegado en su comunicado el equipo del RSD español, además de que "ha vivido de cerca la evolución de las tiendas de discos y de los diferentes formatos a lo largo de los años".

Precisamente con motivo de la celebración del Record Store Day de 2021, uno de los discos especiales que se editará para su venta el próximo 12 de junio será "Tour 6.0 EP", una edición limitada en vinilo que recoge parte del directo que Raphael ofreció el pasado mes de diciembre en el Wizink Center de Madrid ante 5.000 personas.

El RSD es un evento anual para celebrar la cultura de las tiendas de discos independientes y el arte del vinilo. Cada año cientos de artistas y sellos discográficos se suman a la causa publicando discos en ediciones exclusivas para la ocasión.

Ya el año pasado, a causa de la pandemia, esta celebración hubo de ser trasladada de fecha al verano (tradicionalmente tenía lugar en abril) y se dividió en varias jornadas para facilitar la movilidad de clientes en los comercios y asegurar las condiciones sanitarias frente a la Covid-19.

A pesar del cierre temporal llevado a cabo en este tipo de tiendas durante el primer confinamiento, en 2020 los vinilos se salvaron de la mencionada bajada de los formatos físicos y mantuvieron prácticamente el mismo número de copias vendidas que en 2019: 1,2 millones, que reportaron 55,2 millones de euros (17,6% de las ventas del año).
Fuente: 20 Minutos

El cantante Raphael

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