Hace 40 años que el ‘Superman’ de Christopher Reeve alzó el vuelo

“Usted creerá que un hombre puede volar”. Era la única y principal frase publicitaria del póster de promoción de ‘Superman’ la película, y la primera (también la mejor aún hoy en día) adaptación de las historietas creadas por Jerry Siegel y Joe Shuster.

Aunque en estas cuatro décadas los efectos visuales hayan avanzado a pasos agigantados, a finales de los 70, y por mucho que ahora lo notemos artificial, estático o se le noten las costuras, fue uno de los mayores logros en el campo de los efectos especiales. Los premios Óscar incluso los recompensaron con una estatuilla especial. Y ese eslogan que invitaba a la magia y al asombro cumplió con creces lo que prometía.

La película sigue siendo una de las más taquilleras de la historia del cine (un presupuesto de 55 millones de dólares que recaudó, ajustado a la inflación, 300 solo en Estados Unidos), y Christopher Reeve se convirtió en un nombre archiconocido, en un icono que todavía perdura.

Sus creadores quisieron realizar una producción mayúscula, que dejara con los ojos abiertos a los más pequeños y capaz al mismo tiempo de cautivar por igual al público adulto. Extraordinaria en su aventura, mezclando melodrama, comedia, romance y ciencia-ficción. Uno de los mayores espectáculos vistos jamás.

Si lo consiguieron fue en buena parte gracias al director Richard Donner que impuso su visión en detrimento de la especie de parodia, seguramente muy cercana a la estupidez, que planeaban los principales impulsores del proyecto y productores, Alexander e Ilya Sankind. Por este ‘Superman’ y no otras producciones los Salkind, responsables también en los años 70 de una adaptación de ‘Los cuatro mosqueteros’ en dos partes y con predominio del humor y la acción, pasaron a la historia.

El reparto de secundarios veteranos y de prestigio fue igualmente espectacular para arropar el vuelo de Clark Kent, y entre ellos sobresalían Glenn Ford (su padre adoptivo en la Tierra), Gene Hackman haciendo de malvado Lex Luthor o un Marlon Brando encarnando a Jor-El, el verdadero padre de ‘Superman’, y que se hizo famoso más que por recitar unos pocos monólogos en el preludio en Krypton por cobrar una cifra astronómica, la más alta del momento por su breve intervención.

3,6 millones de dólares por un par de semanas de trabajo y el que su nombre apareciera primero en los títulos de crédito (igualmente emblemáticos, asombrosos y carísimos). En total, diez minutos en pantalla que le acabaron reportando 14 millones, pues Brando, más atento al aspecto económico que al artístico, se aseguró un porcentaje del 11 % de los beneficios brutos que obtuviera la película.

El argumento principal lo firmó Mario Puzzo, el autor de moda gracias a El Padrino, y John Williams se sacó de la batuta una banda sonora inolvidable. Estaban sus características fanfarrias, su épica y su sensibilidad en los temas más íntimos (el ‘Love Theme’ de ‘Superman’ es otra de las joyas de su partitura).

Poco importa que, cuarenta años después, uno tenga que armarse de credulidad para aceptar los descabellados giros del guion o la ingenuidad de su historia y personajes. A Clark Kent, con Christopher Reeve inspirándose en el Cary Grant de La fiera de mi niña, le bastaba con cambiar ligeramente de peinado y ponerse gafas para no ser reconocido como el hombre de acero por su amada Lois Lane.

La primicia mundial fue el 10 de Diciembre de 1978 en Washington, al día siguiente se presentó en Nueva York y el 14 llegaba a los cines norteamericanos. Sólo el musical ‘Grease’ la superó en taquilla entre las películas estrenadas aquel año, una cosecha que había generado otros taquillazos como ‘Desmadre a la americana’ o ‘Tiburón 2’ y en la que ‘El cazador’ de Michael Cimino sería la gran triunfadora de los Óscar al año siguiente.

En España el ‘Superman’ de Christopher Reeve empezó a alzar su vuelo en nuestros cines a partir del 8 de Febrero de 1979 y, como en tantos otros países, se mantuvo en cartelera, y en salas de gran capacidad para espectadores, durante más de un año. Una gesta hoy en día ya imposible.

Chirstopher Reeve se enfundó el traje de este superhéroe (bueno, justo y siempre diciendo la verdad) en tres ocasiones más, pero a parte de esta y ‘Superman II’ (1980), rodadas a la vez y con el despido de Richard Donner durante el proceso (que fue sustituido por Richard Lester), la tercera y cuarta son muy olvidables (y sí, ya mucho más cercanas a la comedia autoparódica que a la magia de las dos originales).

Pero los 40 años de ‘Superman’ también nos traen un recuerdo muy especial para Margot Kidder, la actriz que fue la eterna novia de ‘Superman’ y que falleció en mayo a los 69 años. Antes, Christopher Reeve, nada inmune a los males del resto de los mortales, nos había dejado en Octubre de 2004, a los 52.
Fuente: 20 Minutos