Pese a haber vendido más de 50 millones de discos y diez millones de copias de su álbum "Please Hammer Don’t Hurt'em", cayó en bancarrota tras dejarse llevar por la fama, comprar una mansión de 30 millones de dólares y emplear a tiempo completo a un nutrido equipo que le suponía un coste de medio millón de dólares mensuales. Para el año 1996, solo seis años después, tenía activos por 9,6 millones para hacer frente a unas deudas que ya alcanzaban los 13,7 millones.
Fuente: Wikipedia
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