Solamente se enteraron tres personas: su pareja, Jim Hutton; su ex novia de juventud y amiga de toda la vida, Mary Austin; y el mánager de Queen, Jim Beach. Tiempo después, el cantante se lo hizo saber al resto de la banda, pidiendo a sus colegas que mantuvieran la enfermedad en secreto, pero diversos hechos como que al álbum "The Miracle" (1989) no le siguiera su consiguiente gira o un aspecto físico desmejorado servían para alimentar las suspicacias de los medios de comunicación.
Finalmente y después de varios meses en los que la prensa inglesa especuló sobre su salud, Freddie Mercury decidió dar el siguiente paso, y hacer público, de una vez por todas, su estado como paciente seropositivo de VIH.
El 23 de noviembre de 1991, Roxy Meade, la agente publicitaria de Queen, confirmó algo que ya se veía venir desde lejos al leer las palabras redactadas por Freddie Mercury: “Como consecuencia de las grandes conjeturas aparecidas en la prensa en las dos últimas semanas, es mi deseo confirmar que me he hecho las pruebas de VIH y tengo sida. Creo que ha sido conveniente el mantener esta información en secreto para proteger la intimidad de los que me rodean. Sin embargo, ha llegado el momento de que mis amigos y mis fans de todo el mundo sepan la verdad y espero que todos se unan con mis doctores y aquellos que luchan contra esta terrible enfermedad. Mi intimidad siempre ha sido algo especial para mí y soy conocido por las pocas entrevistas que concedo. Por favor, comprendan que esta pauta continuará”. Desgraciadamente, en menos de 24 horas, Freddie Mercury, a sus 45 años, no pudo aguantar más y se marchó para siempre.
Unos meses antes, el 30 de mayo de 1991, Queen grabó el que sería el último video en el que apareció Freddie, "These Are the Days of Our Lives". La canción es el octavo track del disco "Innuendo" de 1991, en el que la mayoría de las letras hacían referencia a una inminente desaparición de la banda. Filmado en blanco y negro para no mostrar la palidez de la piel de Mercury y las marcas que había sufrido debido al SIDA, así como lo delgado que estaba; el clip alcanzó el número uno entre las mejores canciones del año.
Fue el 24 de noviembre de ese año, 1991, sólo unas cuantas horas después de su confesión, cuando Freddie Mercury murió. Según contaría su pareja, Jim Hutton, los dolores que sufría en los últimos días eran enormes. En la madrugada del domingo 24 de noviembre, tras una noche muy convulsa en la que el cantante ya no se mantenía en pie, llamaron al médico, que decidió ponerle una inyección de morfina, asegurando que no aguantaría ni dos días. Por la mañana, cuando ya se encontraba inconsciente, lo visitaron Elton John y Dave Clark, dos de sus grandes amigos, pero ya no respondía a ningún estímulo. Pocas horas después, moría en compañía de su novio.
Como bien lo menciona La Provincia, la muerte del cantante de Queen supuso para el mundo de la música y para toda una generación un gran impacto. Mercury, fallecido en plena madurez artística y en el apogeo de su fama, convirtiéndose, sin pretenderlo, en símbolo y referente de los afectados por el VIH durante los años 90.
Fuente: El Universal De 10
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