Las anécdotas
En la fase final de la ceremonia de apertura, algunos de los asistentes al Estadio Olímpico quisieron buscar diversión por su cuenta y la emprendieron con algunos miembros de la prensa. Lo hicieron primero lanzando los lápices fosforescentes que se les habían regalado y con los que debían formar figuras de colores azules y amarillos. Las víctimas de los lanzamientos del público fueron también algunos atletas que desde el tartán intentaron devolver los objetos alcanzando directamente a los informadores situados en una peligrosa zona de "fuego cruzado". La batalla quedó eclipsada por la actuación de los divos de la ópera, que se encargaron de cerrar una ceremonia que resultó larga y pesada para algunos. La actitud de ese sector provocó la indignación de los reporteros, que incluso sufrieron en sus carnes las consecuencias de la "agresión".
Se contó con la posibilidad de que lloviera durante la ceremonia, ya que incluso la NASA había previsto que así ocurriera. Los organizadores prepararon todo para cualquier contingencia, incluso grandes paraguas para los cantantes de ópera, pero afortunadamente nada de lo previsto fue necesario.
Hubo récord de asistencia de jefes de Estado y primeros ministros a un ceremonia inaugural, ya que coincidió con la II Cumbre Iberoamericana en Madrid los dos días anteriores.
El equipo de baloncesto de Estados Unidos, más conocido como el Dream Team, exigió residir fuera de la Villa Olímpica durante los Juegos, disponer de un campo de golf y que sus familias pudieran residir junto a ellos. Además, en uno de los entrenamientos, de solo media hora de duración, utilizaron 150 toallas.
La crítica
Los representantes de la prensa internacional que se congregaron ese día en el estadio dedicaron mayoritariamente elogios a la ceremonia inaugural a la que calificaron de emocionante.
Fuente: Wikipedia
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